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¡Invítalos al cabo no vienen!

Es incuestionable el valor que tienen las relaciones interpersonales, dado que mucho de lo que aportan a nuestras vidas se contempla desde el logro, aprendizaje y apoyo socioemocional, sabiendo esto que se necesita para desarrollar de forma amplia y profunda las relaciones, se hace necesario saber cómo relacionarse, entendiendo la complejidad de estas.


Mucho de lo que obtenemos en la vida está directamente relacionado con personas que están en tu circulo más cercano, desde los padres, hermanos, amigos y personas especiales que han influido positivamente en tu persona. Estudiosos comentan que el 60% de estas personas han influido en tu forma de pensar y de actuar.

Partiendo de esta distinción nos da lugar a una serie de preguntas que seguramente en algún momento te has hecho. ¿Con qué tipo de personas te sientes más cómodo (a), con mayor confianza y que características tienen que hace que te identifiques mejor?

Decimos que nos juntamos con aquellos que son parecidos a nosotros. Esto se puede observar en la cotidianidad del trabajo; en los comedores se reúnen los contadores con los contadores, los de ventas con los de ventas, los del área de producción y de calidad hacen los mismo, difícilmente se mezclan entre ellos.

Los mismo sucede en ambientes universitarios y escolares siempre son las mismas personas, difícilmente se abren o promueven relacionarse con otros.


¿Qué tanto nos arriesgamos en tratar de conocer a otras personas legítimamente y ampliar la mirada hacia otros temas, experiencias y situaciones?


Convivir con diferentes formas de pensamiento, es decir con aquello que nos es extraño y diferente, es una nueva forma de adquirir conocimiento y sabiduría.

En el día a día es común observar cómo se manejan las relaciones desde la forma convencional y social, se encuentran dos personas conocidas y una de ellas comenta, ¡Que gusto verte! Conversan unos momentos y al final de la conversación el clásico comentario ¡A ver qué día van por la casa! Y el pensamiento interno de quien invita es: ¡Invítalos al cabo no vienen! La Persona invitada perfectamente sabe que es un convencionalismo social. Y esto es un ejemplo de cómo hacemos para de alguna forma ser corteses, pero al mismo tiempo poner límites a las relaciones y no ampliar las posibilidades de mayor conocimiento con otras personas.




Cada encuentro puede ser una posibilidad, una oportunidad, la imaginación es infinita sobre todas las situaciones que se pudieran presentar, desde cambiar la residencia y probablemente estar en otro país, hasta conocer personas maravillosas que nos amplíen las perspectivas de las cosas y nos enriquezcan con sus vidas.

El común de los encuentros es que cada persona te habla desde sí misma, su profesión, experiencias, gustos, necesidades e intereses, una parte que nos ayuda a realizar relaciones saludables es energizarlas,


Hay varias maneras de enriquecer ese encuentro:


Cuando las personas te hablan de algo y nosotros nos involucramos en esa plática con genuino interés preguntando para que esa persona se explaye más y contribuyamos a que amplié sus potencialidades; muchas veces en lugar de hacer esto optamos por criticar y juzgar aquello que escuchamos y probablemente no lo hagamos desde un lenguaje verbal pero seguramente con el lenguaje no verbal estaremos reflejando falta de interés o tedio.


Otra práctica indispensable en las relaciones sociales es trabajar la empatía, ponerse del lado de la persona con la que estas interactuando e imaginar y pensar desde donde observa e interpreta las situaciones esa persona, que tipo de respuestas tiene ante lo que le sucede y por supuesto tratar de entender su mundo emocional. Para ello es importante trabajar la escucha empática y activa. Si conseguimos ser empáticos probablemente esa persona se sienta en confianza y pueda abrir aquello donde se sienta con la confianza de compartir y así generar un vínculo más fuerte.


Habrá que poner las cosas en perspectiva para que sea legítima esa relación, es pensar en servir y ayudar a los demás de manera desinteresada, si pensamos en buscar una conveniencia personal, estaremos manipulando estas relaciones y al mediano plazo no serán sostenibles y no atenderán la naturaleza de las relaciones humanas sanas. El beneficio está implícito para ti cuando conoces a una persona y puedes aportarle algo tuyo para que tenga un crecimiento y aprendizaje. De tal forma que es constitutiva para ampliar nuestros círculos sociales y de alguna forma la retribución llegará cuando a ti también te ayuden o te generen una perspectiva ampliada para resolver las situaciones y proyectos que se te presenten. Es la ley de la correspondencia y llegará cuando menos lo esperes.


Puedes empezar por revisar aquellas personas que por alguna razón (que puedes no tener muy clara), estas excluyendo de tu vida, podría ser que precisamente esas personas puedan ser muy valiosas para ti, aunque tu no lo sepas o lo consideres así y que el tiempo se encargará de retribuir esas relaciones. Ya sea porque puedas ayudar a mejorar su mundo o ellos a el tuyo.


El ser humano es un ser social y necesita de relacionarse. Dependiendo de la calidad de tus relaciones será el bienestar que obtengas.


Excelente día

Marco S. Stone

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