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¡Así yo no juego!

Cuando las cosas se salen de control o de las expectativas que teníamos, cuando surgen inconvenientes, cuando nos dejan solos con toda la responsabilidad, cuando nos abruman las condiciones adversas solemos decir ¡ASÍ YO NO JUEGO!, o la otra, ¿PORQUE ME SUCEDEN ESTAS COSAS A MI?


Cuantas veces no ha pasado que las cosas no son como queríamos, normalmente las respuestas suelen ser desanimo, berrinche, conflicto personal y empiezan a generar pensamientos de auto sabotaje y negatividad, esto nos afecta en no continuar con el proyecto, el deseo y las iniciativas para lograr aquello que nos habíamos propuesto.



Las personas que van más allá de los obstáculos, que no tiran la toalla, lo primero que se plantean es ver estas situaciones como algo a resolver, saben que las situaciones son cambiantes y que es normal que existan complicaciones, las observan como un problema, pero sin el agobio, no permiten que el desánimo se tome el papel protagónico de sus proyectos.

Son personas que se responsabilizan con lo que quieren, tienen claro sus objetivos y con ello, hacen compromisos reales, establecen objetivos que traducen a acciones concretas que tendrán que desarrollarse en un tiempo preestablecido. Normalmente son personas que desde la infancia tenían claro lo que querían y establecieron una personalidad y método para lograrlo, ya sea que estos comportamientos se reflejaran en hábitos de tenacidad, perseverancia y disciplina o simplemente fueron testarudos y obsesivos con aquello que deseaban y querían lograr.

Sí nos inclinamos por el lado amable y favorable en la construcción de hábitos positivos que nos ayuden en comportamientos de claridad mental, diciplina y voluntad; es decir tener claro que es aquello que realmente queremos y tener la actitud emprendedora y la perseverancia para lograrlo a pesar de los obstáculos e incertidumbre que pudiera presentarse, seguramente mucho de lo que nos propusiéramos lo estaríamos logrando.


¿Cómo incorporar estos comportamientos en edad adulta? ¿Cómo desarrollar la resiliencia para recuperarnos prontamente de los reveses e inconvenientes que puedan presentarse?

Lo primero sería hacer un análisis de lo que realmente queremos, que tanto deseamos ese cambio, proyecto o situación deseada, aquí nos encontraríamos en la revisión del costo-beneficio. Cuanto estoy dispuesto a pagar por lograr aquello que quiero, si fuera el bajar de peso y estar en mejores condiciones de salud el costo sería comer saludablemente y eso podría implicar dejar la comida que no es saludable pero que a nuestro paladar le satisface, y el hacer ejercicio, es decir asignar tiempo y esfuerzo.

Muchas personas que hacen dieta llegan a resultados de manera rápida y es conocido el rebote de esas prácticas. En lugar de centrarse en hacer de su alimentación algo saludable y perdurable, es decir todo un cambio de hábitos alimenticios de por vida.

Lo segundo: ¡Pequeños cambios hacen cambios mayores!. Si el tema es disciplina y voluntad se tendrá que entrenar como un músculo, no se hacen ejercicios con mucho peso ya que el resultado sería músculos atrofiados y lastimados, se hace de igual manera con pequeños logros y poco a poco se va ampliando e incorporando a todo aquello que queremos y hacemos, es un cambio integral de forma de pensar y de actuar. Si lo revisamos con mayor detalle solo es cuestión de apegarse a un plan comprometerse con él al 100%, teniendo orden y disciplina lo que involucra actividades, tiempos de duración y los recursos que se necesitaran para desarrollar. Se vale fallar, pero no claudicar, retoma tantas veces sea necesario tus actividades para lograr lo que quieres, no se logran los resultados o se hacen bien las cosas en los primeros pasos.


Una condición para tener en cuenta es el entender que nosotros mismos podemos ser nuestro peor enemigo, por eso se hace necesario sabernos vulnerables con posibles sentimientos de desesperanza, un autoconcepto desfavorable, aquí será importante estar en constante revisión de cómo nos sentimos y no justificar el sentimiento con no hacer aquello que nos propusimos. Por eso es necesario medir nuestro costo al principio que no sea muy alto y revisar de forma ampliada y profunda los beneficios esperados en conseguir y lograr los objetivos planteados.

Te deseamos mucha suerte en todo aquello que emprendas ya sea formar una familia, un negocio o algún tema de crecimiento y salud personal.


¡Excelente día!

Marco S. Stone

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