¡Si lo rompes lo pagas!
Todos sabemos que, "si rompemos algo lo tenemos que pagar” pero la mayoría de las veces no hay nada que romper y mucho menos que pagar, hacemos de esto historias catastróficas sobre algo que no va a ocurrir, se apoderan de nosotros pensamientos negativos y se va perdiendo el entusiasmo y por consiguiente el foco e interés en aquello que veíamos cómo un gran beneficio.
Es cómo el joven que tiene el deseo de tener una relación con una chica que lo tiene cautivado, por sus miedos no se atreve a hablarle, pasan los años se vuelven a encontrar y sale ese deseo oculto que nunca se manifestó y que, al reencontrarse, ella comenta: "Me hubiera encantado que te acercaras y me hubieras conquistado", lo mismo puede pasar en un trabajo al no pedir una plaza o un cambio a otra área, o el negocio que nunca se emprendió.
Este “Lo tenemos que pagar”, es miedo, es pensar que tendrá un costo altísimo y que probablemente no se consiga nada, o que el beneficio sea escaso y no valga la pena el esfuerzo o el atrevimiento.
¿Cuál es la rebanada de pastel que quieres y que estás dispuesto hacer para conseguirlo?
Te has preguntado que rebanada del pastel te toca, o cuál haz decido tomar; esto seguramente nos lleva a reflexionar sobre la actitud ante la vida. ¿Es el destino, la suerte, la cuna, los recursos?, ¿Qué define el éxito? ¡El que no cruza el río no sabrá lo que se estará perdiendo!
¿Hay una relación directa con lo que tenemos y obtenemos, más que con aquello que hacemos y podemos conseguir?
Existen muchísimas historias de personas que sin contar con prácticamente nada han logrado mucho en la vida; prosperidad, relaciones importantes, negocios exitosos etc. Estas personas tuvieron sueños, deseos y a diferencia de muchos se enfocaron en posibilidades, así también, tuvieron temores, dudas y problemas, pero todo esto lo tomaron como algo a resolver, fueron lo suficientemente fieles y tenaces a sus proyectos y ante las adversidades optaron por dar respuestas y “cruzaron el rio”.
Si pudiéramos observar detenidamente porque aniquilamos nuestros deseos, propósitos y sueños, veríamos que en gran medida el problema sería que se estaría instalado el miedo en sus diversas formas de menguar nuestra voluntad y decisión. Estos miedos si no se reconocen y trabajan se les da la oportunidad de que se instalen, crecerán afectando nuestros comportamientos y debilitaran nuestras oportunidades de ampliar nuestros caminos.
Actitudes de conformismo, afectan a miles de personas todos los días, muchas personas erróneamente tienen la costumbre de auto limitarse y justificarse, expresiones como: yo no soy bueno para las matemáticas, o yo no soy bueno para bailar, tengo dos pies izquierdos, son las principales causas de justificación que apartan a las personas de lo que realmente quieren.
Buscar caminar de un punto A un punto B, es dimensionar el camino y hacer el esfuerzo por caminarlo. Cuando se empiezan a observar, el verse ahí de forma regular y enfocados, las posibilidades empiezan a ser mayores para el logro de las metas. Estar pensando en lo que se quiere con constancia, hará que el flujo de información se vaya adecuando a las posibilidades de realización. El tema es no perder el foco de lo que se quiere, tener esta constancia permite ordenar las ideas, los pasos y todas las causas que generaran el efecto deseado.
Algunos autores hablan del poder de la visión ver aquello a donde se quiere llegar y haciendo de la visión un elemento lleno de color, olor, sabor; es decir viéndote ya en ese lugar y disfrutando los beneficios que eso conlleva, amplia el deseo y el poder para lograrlo.
Si todos los días estas conectado con ese deseo o proyecto estas ya empezando a desplazarte al punto B. Si tu pensamiento sobre tu proyecto es distante, interrumpido y solo está en la dimensión de un anhelo o deseo sin un compromiso real, seguramente siempre quedará así, un sueño de lo que nos gustaría que sucediera que no sucede. Todos nos merecemos lo mejor de la vida, solo es cuestión de atreverte a tomarlo.
¡Excelente día!
Marco S. Stone
